viernes, 14 de febrero de 2014

Blanco roto. La ciencia: el fracaso de un éxito (III)

BLANCO ROTO
                                                                                             
LA CIENCIA: EL FRACASO DE UN ÉXITO (Y 3)


            Cuando me pregunto por el papel que la ciencia debiera jugar hoy, me veo sorteando la Escila del cientifismo y el Caribdis de la afición actual a las paraciencias. Me explico. El cientifismo sostiene la superioridad de la ciencia respecto de cualquier otro tipo de conocimiento en cualquier aspecto, ya sea técnico, ético o político. Si rechazamos este privilegio de la ciencia en el conjunto del saber humano, corremos el riesgo de caer (o de que se interprete que caemos) en los brazos de campos como la parapsicología o la quiromancia, que son vistos con desdén desde la ciencia oficial. No ser cientifista puede así ser interpretado como la declaración de que todo vale en el campo del saber. Conviene hacer notar que estas mismas pseudociencias babean arrobadas ante la ciencia oficial y no dudan en usar el método científico, caracterizado por la cuantificación y el experimento, para acercarse nada menos que al más allá, con lo que podríamos, sorprendentemente, calificarlas de cientifistas. Repárese al respecto en los aparatos de tecnología punta que hoy día llevan los cazafantasmas. Terminaré, pues, con una propuesta que me parece sensata. Estribaría esta en arrebatar el monopolio de ciertos asuntos, como la ética, a la ciencia (ejemplo: arrebatar la política a la economía), y articularla (la ciencia) con otros saberes como la filosofía, la religión o la poesía.


JUAN FERNANDO VALENZUELA MAGAÑA
Artículo aparecido en Diario Jaén el viernes 14 de febrero de 2014

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