Artículo publicado en la revista Stella, 2022
¿NACIÓ EN NAVAS “LA REVERTE”?
Aunque habitamos el mismo espacio, nos
separa el tiempo. Ellos hablaban del cambio de siglo refiriéndose al tránsito
del XIX al XX, leían periódicos cuya fecha era un día de abril de 1911 o de
julio de 1929, asistían a la instalación de la luz eléctrica en las calles, a
la aparición de la radio, a la inauguración del nuevo cementerio. Siempre lo he
pensado. Compartimos la tierra con gente que ha nacido en una horquilla de años
determinada y nunca coincidiremos con aquellos que nos precedieron y que, al
igual que nosotros ahora, se movían por la calle del Agua o la calle Lorite con
la familiaridad del que está vivo. Nuestra ventaja es que nosotros sabemos de
ellos, mientras que para ellos nosotros fuimos la imagen vaga e indeterminada
de sus descendientes. Hay, no obstante, puentes entre ambos mundos: quienes,
niños en los años treinta y cuarenta, llegaron
a conocer a los que, ya mayores, se despedían de un tiempo que, como siempre,
estaba cambiando y a la vez era el mismo.
Es probable que alguien todavía vivo la
viera. Los aficionados a los toros o a las historias rocambolescas la conocerán.
Toreó con el nombre de María Salomé “La Reverte” a principios del siglo XX.
Probablemente fuera la más famosa de las toreras de entonces. En la revista El toreo de 12 de noviembre de 1900,
Juan de Invierno firma una crónica de la corrida de novillos celebrada en la
Plaza de Toros de Madrid el día anterior. El quinto novillo, de tres años según
se anunciaba, le correspondió a “La Reverte”. Obtuvo palmas y algunos quisieron
sacarla a hombros, a lo que ella se negó. Dice el cronista: “es una mujer que
tiene tanto o más valor que un hombre y ayer lo demostró en la lidia y muerte
de su toro”. Un año después, en la revista Nuevo
Mundo del 3 de julio se habla de “las proezas de tan valiente torera”. En
1905 toreó en Granada y un tal Don Miquis cuenta en el Noticiero Granadino que el público había preparado “carretes de
hilo, agujas de hacer media, escobas y otros enseres de uso femenino, para
arrojárselos a la mataora en cuanto
se deslice, como diciéndole: ¡A fregar!”. Pero “La Reverte” demostró que “el
sexo llamado débil es más fuerte y valeroso que el nuestro”. En 1906 una
fotografía suya ocupaba toda la portada del semanario ilustrado La fiesta nacional.
Saltamos a agosto de 1911. En El País aparece una crónica de Lisboa en
la que se habla bien de su actuación. Pero lo llamativo no es eso, sino lo
siguiente: “La presentación de la Reverte, vestida de hombre y con el nombre de
Agustín Rodríguez “Antes la Reverte», ha sido un acontecimiento y llenó por
completo la plaza”. ¿Qué había pasado para que María Salomé sea ahora Agustín?
Hay que remontarse tres años atrás, cuando el Ministro de Gobernación Juan de
la Cierva emitió una orden prohibiendo torear a las mujeres. “La Reverte” buscó
en los tribunales que se le concediera una credencial de hombre, pero viendo
que no obtenía resultados, dejó de intentar asemejarse a un hombre y decidió
serlo. Certificó médicamente que era varón y se convirtió en Agustín Rodríguez.
En este punto es donde interviene nuestro pueblo. En un artículo publicado en El Globo en 1911 se dice que nació en
Navas de San Juan y que regresó precisamente a ese pueblo a sacar su partida de
nacimiento, de bautismo y un certificado del médico del pueblo. Todavía hoy
continúa considerándose navero en alguna página web dedicada a los toros.
¿Es eso cierto? ¿Somos el lugar de
nacimiento de la torera más famosa de la historia y no lo sabemos? ¿Deberíamos
buscar su casa y colocar en ella la placa que diga “Aquí nació María Salomé,
“La Reverte”, que triunfó en las plazas de Portugal y España a principios del
siglo XX”? Intentaremos aclarar el asunto. Pero antes continuemos con su vida.
Tras su cambio de sexo oficial al parecer no tuvo éxito y se retiró de los
ruedos en 1912. No sabemos lo que haría exactamente durante el siguiente
decenio pero sí que desde 1923 trabajó en la mina la Española como guarda, bajo aspecto y nombre de varón. En 1934 se
levantó la prohibición del toreo femenino. Y entonces nuestro Agustín anuncia
su vuelta al ruedo de la mano de Juan J. de Lara. Concede una entrevista que
aparece publicada, con algunas variantes, en Ahora, La voz y La prensa. Mundo
gráfico le dedica una página. Por lo que cuenta, piensa torear en Portugal
y España, pero al parecer solo toreó en Madrid, donde fracasó y puso así punto
final a su fugaz reaparición. Volvería a su trabajo en La Española y murió en 1942 o, según otra versión, en 1945.
¿Era “La Reverte” hombre o mujer? Un rumor decía que un
médico que la había atendido tras un percance sufrido en Salamanca determinó
que sus atributos eran masculinos. Sin embargo, a mí me convence más la
aportación en El Ruedo en 1946 de
Natalio Rivas, quien dice que el certificado médico que afirmaba que era hombre
era falso, y que lo sabía por Martín Merino, el abogado que la defendió en el
juicio contra su marido, donde se aportaron datos de la partida de nacimiento
en que aparece como “niña”.
Pero la pregunta que a nosotros nos atañe es la de su vinculación
con Navas: ¿nació aquí o, al menos, vivió?
La entrevista de 1934 deja claro que nació
en Senés (Almería) en 1878 (el archivo municipal y el parroquial desaparecieron
en la guerra civil). Probablemente emigrara con su familia a las Navas de
Tolosa, y de ahí el error del periodista de El
Globo. Sin embargo, un lector de El
Ruedo decía en 1962 que, enviudada la madre de “La Reverte”, volvió a
casarse y se trasladó con su hija a Arquillos. En este pueblo, según la misma
fuente, tuvo una riña en la que le partió el fémur de una patada a un compañero
de trabajo, por lo que fue juzgada, condenada e indultada. Ese debe de ser el
juicio contra su marido al que se refiere Natalio Rivas, indicando que le
rompió una pierna de una patada. En ningún otro sitio he encontrado alusión
alguna a su matrimonio. Sabemos que la apoderó un tal José Ramírez, de Santisteban.
También hemos visto que durante muchos años trabajó como guarda en la mina La Española. Salvador Santoro cuenta que
su padre la observaba con curiosidad por los alrededores del mercado de abastos
de Linares y que “se le insinuaban pechos”. Iba vestida de hombre.
Pero hay un dato más que la acerca a
nuestro pueblo. En el coloquialmente llamado libro de los apellidos de Manuel Valenzuela aparece una persona de
Senés, el pueblo donde nació “La Reverte”, casada con una navera y cuya hija fue
bautizada en 1916. Ese senesero se apellidaba Rodríguez, como Salomé. ¿Primos?
Sumando todo ello, me parece muy probable que más de una vez recorriera nuestras calles y tomara algún chato de vino en la taberna de José Muñoz en la calle Real o en la de Juan Parrilla en la Toriles.
Juan Fernando Valenzuela Magaña
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