BLANCO
ROTO
LUJOS
Más allá de la
alimentación y el cobijo, todo es un lujo… siempre que reduzcamos la vida a la
supervivencia. La libertad, la justicia, los deportes, la televisión, son lujos
que los hombres nos hemos dado. Ahora bien, hay dos tipos de ellos. En uno
entrarían aquellos lujos irrenunciables, a los que se refería Aristóteles al
decir que el hombre lo es plenamente en una comunidad, ya resueltos los
problemas de supervivencia. En el otro estarían aquellos lujos prescindibles
por superfluos. La sociedad se mira como en un espejo al decidir a qué tipo
pertenece un lujo concreto, especialmente en períodos de crisis. Así, podemos
preguntarnos qué es valioso para nuestra sociedad mirando aquello a lo que no
está dispuesto a renunciar. ¿Mantenemos o abandonamos, y en qué grado, sanidad,
educación, asesorías políticas? Se podría objetar que esas decisiones no las
toma la sociedad, sino los políticos, pero ¿no somos todos políticos, incluidos
los indiferentes? Creer que uno no interviene en las decisiones es el primer
paso para no intervenir en las decisiones. Pensemos en la educación, incluyendo
la ciencia y la investigación. ¿Hay una diferencia real entre los gobernantes y
los gobernados? Los primeros, a diferencia de sus homólogos en Alemania o
Francia, prefieren Eurovegas a invertir en investigación, pero no observo que los
segundos alienten a sus hijos para que sean científicos con la misma pasión con
que lo hacen para que sean futbolistas. En cuanto a la educación propiamente
dicha, reina en ella desde hace muchos años una desorientación fruto de dos
hechos: la falta de un sincero interés por parte de los partidos políticos que
han tomado decisiones al respecto y el triunfo de una corriente de la pedagogía
científicamente desquiciada, como lo prueba la seriedad con la que truecan recreo por segmento de ocio. ¿Y la responsabilidad de los profesores? Existe
la leyenda urbana de que en una ocasión, antes de aprobar una norma educativa,
uno de ellos fue consultado sobre su trabajo.
JUAN FERNANDO
VALENZUELA MAGAÑA
Aparecido en Diario Jaén hoy, viernes,
15 de noviembre de 2013
Cierta sensación de derrota... pero me temo que no queda más que tirar.
ResponderEliminarPero no hay risas, porque nos reímos de todo. Y nos reímos de todo en un corto espacio de tiempo. Una hoja del periódico Jaén, volando a través del jardín de la iglesia, ha caído sobre la punta de mis botas embarradas. En ella aparece la foto del gran Égroe. Sus geniales reflexiones, filtrándose por entre los árboles, se posan como polvo en el suelo...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.