ISABEL E ISABELLE
“Sé que una cosa no hay. Es el olvido”
(Borges)
Nada hay hoy que no suene a recurso literario,
hasta tal punto hemos desdibujado los límites entre la realidad y la ficción.
Pero el que aquí traigo es antiguo y por tanto más reconocible. Por eso nadie
me creerá si digo que lo que viene a continuación es traducción literal de la
carta que he recibido de un ciudadano francés, llamado Prudence Álamo y
residente en La Fare-les-Oliviers, un pueblo de la Provenza francesa. Tal vez
si el lector se anima a leerla y a cotejarla con los datos pertinentes, pueda
cambiar de opinión. He aquí la carta.
“De niño me gustaba coleccionar cosas:
posavasos, sobres de azúcar, las estampas de los álbumes infantiles. Una
adolescencia rebelde (sobre todo contra mi infancia) acabó con ellas al grito
de Omnia mea mecum porto (todas mis
cosas llevo conmigo). Pero algo debió de quedar de aquel prurito infantil en mi
edad adulta porque, cuando el azar hizo caer en mis manos un puñado de
recuerdos de mi abuela, decidí iniciar una colección que me pareció curiosa. La
génesis de esa idea ni yo mismo la tengo clara, pero supe que juntaría todo lo
extraviado que pudiera encontrar del pueblo donde mi abuela había nacido, un
pueblo de Jaén llamado Navas de San Juan. Los coleccionistas dicen que hay dos
tipos de colecciones: las finitas y las infinitas. Uno puede reunir todas las
estampas de un álbum, pero nunca todos los posavasos. Mi objetivo era
curiosamente infinito. Por pocas cosas perdidas que haya en relación con Navas,
la búsqueda no parará nunca. No busco cualquier objeto, sino solo aquellos por
los que ha pasado el tiempo y que vagan perdidos por el mundo.
» ¿Qué
pretendo con ello? Supongo que empezó como una mezcla de homenaje a mi abuela,
que tantas cosas nos contó sobre sus años allí, y de capricho. Me imaginaba el
momento en que, cansado ya de buscar y con una colección de cierta enjundia, me
pondría en contacto con algún navero y le ofrecería mi colección de navedades, como yo las llamo. Pero,
lejos de cansarme, esta búsqueda ha adquirido cada vez más importancia en mi
vida.
»Soy el nieto de una mujer nacida en 1897 en
Navas de San Juan, llamada Isabel Martín Martín. Su padre era de aquí, de La
Fare, y su madre de Marsella, no lejos. En Navas tuvieron ocho hijos además de
mi abuela. Ella se casó con Prudencio Álamo, de Santisteban, donde nació su
primer hijo en 1920. Dos años después estaban aquí, en La Fare, donde nacieron
sus otros tres hijos, el último de los cuales, de 1932, es mi padre. En 1938
mis dos abuelos consiguieron la nacionalidad francesa.
»Sigo (gracias al Chiringote) en la sombra lo relativo a tu pueblo. Internet es desde
luego una red, una red de redes y te sorprendería lo lejos que se puede llegar
tirando del hilo. Es así como hará unos años llegué hasta ti.
»He leído a
través de la página de la Cofradía lo que has publicado en Stella y he visto cómo mezclas datos documentados y fantasía en tus
relatos. Y he pensado que yo sería un buen personaje para tu colaboración de
este año. Por supuesto, todo lo que te he dicho puede comprobarlo el lector sin
mucho esfuerzo. En el libro de tu tío aparece el nacimiento de mi abuela y aquí
te mando el recorte del Journal officiel
de la Republique française donde está la nacionalización de mis abuelos,
por si quieres adjuntarlo a tu artículo.
»Pero volvamos a
mi colección de navedades. Está
compuesta de papeles comerciales (adjunto fotocopia de dos de ellos), de
periódicos que incluyen noticias sobre Navas (todos de antes de la guerra), de una
decena de cuadros de Juan Antonio Collado Pérez (el último una Inmaculada que
adquirí hace poco en una subasta) y de algunas cosas de mi abuela (un programa
de fiestas, una estampa de la Virgen de la Estrella…). He dispuesto en mi
testamento que todo sea entregado a vuestro ayuntamiento cuando muera. Pero
antes he querido, a través de esta carta y en la revista del pueblo de su
infancia, recordar a mi abuela.
Serge Alamo”
Hasta
aquí la misteriosa carta, sin remite pero con matasellos francés. Como sé que el
remitente leerá este artículo que él protagoniza, le ruego que me explique qué
hacían los padres de su abuela en Navas en el cambio de siglo y por qué ella,
su marido y su hijo se fueron a La Fare a principios de los años veinte. Espero
con impaciente ilusión su carta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario